EMPECEMOS EL 2016 CON DEPORTE

No quisiera empezar el año deprimiendo a mis lectores, pero seguramente la gran mayoría hayamos empezado el 2016 con algún kilito de más.

El problema del sobrepeso es cuando se van acumulando kilos hasta llegar a un estado de obesidad. Ya comenté en mi artículo “A la basura el IMC” que lo más preocupante no es el IMC en sí, sino la grasa visceral acumulada que nos indica el peligro de tener alguna enfermedad cardiovascular.

En el 2014 según datos de la OMS, más de 1900 millones de adultos tenían sobrepeso, de los cuales 600 millones eran obesos. Es decir, alrededor del 13% de la población adulta mundial (un 11% de los hombres y un 15% de las mujeres) eran obesos y un 39% (un 38% de los hombres y un 40% de las mujeres) tenían sobrepeso.

En el 2013, más de 42 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso. Hay una relación entre la obesidad infantil con dificultad respiratoria, mayor riesgo de tener fracturas, hipertensión y presentar a edades más tempranas enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina (derivando a una diabetes) y efectos psicológicos,

Las consecuencias más comunes del exceso de peso son las enfermedades cardiovasculares (principalmente cardiopatía y el accidente cerebrovascular), la diabetes, dolores articulares, y se ha relacionado también con algún tipo de cáncer.

Así que empecemos el año con una dieta baja en grasas, sin azúcares añadidos, elevada en fruta y verduras, cereales integrales. Todo esto acompañado de deporte, el cual hace que liberemos endorfinas, y por tanto nos encontremos más alegres y felices, aumenta nuestra musculatura (el músculo nos ayuda a quemar más y a subir nuestro metabolismo basal), y nos ayuda a bajar nuestro peso sin la temida flacidez.

Todos deberíamos encontrar un espacio en nuestra vida para poder realizar algún tipo de deporte, no solamente por el mero hecho de mantener nuestro peso, sino porque nos ayudará a bajar el stress (vinculado a muchas enfermedades, entre ellas el cáncer), a tener mejor calidad de vida, a fortalecer nuestros huesos, y un largo etcétera.

Deporte y cáncer

El deporte se ha relacionado con una mejora en la calidad de vida en pacientes con cáncer, aunque no se prescribe como un tratamiento estándar durante o después del tratamiento convencional. Se realizó un meta análisis para poder evaluar la eficacia del ejercicio en cuanto a mejorar la calidad de vida de los pacientes, durante y después del tratamiento oncológico. La conclusión fue que el ejercicio tiene un impacto positivo en los pacientes con cáncer durante y tras la intervención médica. El ejercicio es un tratamiento clínicamente relevante que debería incluirse como terapia oncológica.

El cansancio es un problema común en pacientes con cáncer de colon que incrementa durante la quimioterapia. El ejercicio durante la quimioterapia puede tener un efecto beneficioso en el cansancio. La actividad física durante el tratamiento oncológico demostró que en 18 semanas de ejercicio programado y supervisado en pacientes con cáncer de colon durante la quimioterapia es seguro y factible.  En 18 semanas de redujo de una manera signifícate la fatiga física y en 36 semanas la fatiga general.

En el Journal of Clinical Oncology se publicó un estudio donde se demostraba que haciendo ejercicio se conseguía reducir la tasa de recaídas entre un 50% y un 60% en el caso de cáncer de mama, según la profesora Wendy Demark Wahnerfried.

Así que manos a la obra y a empezar a realizar ejercicio con moderación.

Susagna Muns
Naturópata – Homeópata

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